De acuerdo con lo recabado la Secretaría de Marina (Semar) y la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), se encontraban realizando un operativo en contra de la pesca furtiva, cuando detectaron cinco embarcaciones que operaban de manera ilegal.
Estas embarcaciones al notar la presencia de las autoridades salieron huyendo dejando en altamar a cuatro personas que se encontraban buceando.
Al brindarles auxilio los buzos se negaron, alegando que otra embarcación acudiría por ellos, finalmente accedieron y fueron trasladados a la Capitanía de Puerto en Río Lagartos.
Durante el operativo, también fueron asegurados diversos instrumentos utilizados para la pesca furtiva, entre ellos arpones hawaianos, ganchos y martillos.
La pesca furtiva es una práctica ilegal que consiste en capturar especies sin respetar las normativas establecidas, en zonas restringidas o durante las vedas. Además de constituir un delito contra el ambiente, esta actividad fuera de la ley amenaza la biodiversidad marina y afecta directamente la sostenibilidad de los recursos pesqueros en la región.